El espíritu demoníaco de los jueces (¡y hoy!)

Gálatas 5:22-23 – Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; Contra tales cosas no hay ley.

En el libro de Jueces, la gente va y viene, pero el comportamiento pecaminoso sigue siendo el mismo.
¿Por qué? Porque sus demonios siguen siendo los mismos. Aunque hay nuevos días, tienen los mismos viejos demonios.

En mi libro Nuevos días, viejos demonios, explico cómo la gente vive y muere, pero los demonios perduran, sin cambios. Se creía que Baal era el demonio masculino mayor, el archienemigo de Dios, adorado por su riqueza, poder, éxito y estatus, mencionado más de cien veces, ya que este demonio era un problema constante. En el mundo antiguo era adorado con prostitución, pornografía y placer. Para adorar a Baal y Asera, surgieron cultos sexuales que borraron cualquiera de los límites sexuales dados por Dios en las Escrituras y promovieron la confusión de género, el pecado sexual de todo tipo y la tolerancia y el orgullo de estas cosas en la cultura en general.

Estos mismos demonios están obrando poderosamente en nuestra cultura, seduciendo al pueblo de Dios al mal y al pecado tal como siempre lo han hecho. El surgimiento de todo, desde el culto al medio ambiente como nuestra sagrada diosa Madre; la codicia que adora al demonio Mamon en todo, desde el crimen hasta la deuda vertiginosa; asesinato de inocentes empezando por los no nacidos; y la aceptación generalizada de la pornografía, la poligamia, la fornicación, el adulterio, la homosexualidad, el transgenerismo y cualquier otra desviación sexual es obra de Baal y Asera librando una guerra espiritual que se manifiesta en nuestro mundo físico.

El libro de Jueces es un excelente ejemplo de lo que sucede cuando incorporamos el infierno a nuestras vidas en lugar de traer el reino de los cielos a la tierra. ¿Cómo derribamos el cielo? Pablo lo resume muy bien en Gálatas 5:22-23: “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; Contra tales cosas no hay ley." 

¿Qué frutos del Espíritu son fuertes en tu vida y cuáles necesitas pedirle a Dios que te ayude a producir más? 

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