TESTIMONIOS

Como MUJERES REALES, todas luchamos con fallas, fallas y fracasos. Para empeorar las cosas, tendemos a comparar y criticar. La respuesta a los problemas en nosotros ya nuestro alrededor nos viene del Cielo.

Jesús, el único Hijo de Dios, descendió a la tierra en carne y hueso para vivir una vida perfecta y morir por todos nuestros pecados, las cosas que hacemos mal o no hacemos bien en nuestros corazones, mentes y acciones. Pero no solo eso, resucitó venciendo el pecado y la muerte para darnos vida nueva y eterna.

Jesús sabe lo que es ser humano en una tierra imperfecta, y nos promete que viviremos para siempre con Él en la perfección y gloria del cielo si decidimos seguirlo. Jesús también nos ayuda en esta vida al darnos el Espíritu Santo para guiar nuestros pasos y fortalecernos para vivir para Él a medida que superamos los problemas y nos hacemos más como Él.

Dios ya ha hecho todo el trabajo para salvarnos. Llegamos a responder a Su invitación a tener una relación, al confesar que somos pecadores que necesitamos Su ayuda y le pedimos que cambie nuestros corazones hacia Él diariamente. Dios es un Padre bueno y amoroso que quiere adoptarnos en Su familia para poder conocernos y ayudarnos a vivir la vida que ha preparado para nosotros.

Si aún no has aceptado esta invitación, puedes ofrecer algo como esto a Dios en oración: “He sido crucificado con Cristo. Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí. Y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

Le recomendamos que hable con otro cristiano sobre esta decisión y se una a una iglesia de enseñanza bíblica para que pueda ayudarlo a continuar aprendiendo y creciendo. Puedes llegar a conocer más a Dios leyendo la Biblia que Él escribió y hablando con Él en oración. Aquí hay algunos testimonios de otras hermanas en Cristo para animarte.

Deja un comentario